viernes, 23 de octubre de 2015

Audiencia Publica de la Comision de la Mujer y Familia del Congreso de la Republica en Barranca



“ABUSO Y OLVIDO DE LA MUJER EN PROVINCIA” 

Tengo el agrado de encontrarme con todos ustedes en esta audiencia pública descentralizada que tiene como principal objetivo tratar la “Violencia Familiar en la Región Lima”, tema de mucha importancia para todas nosotras y en especial para aquellas mujeres que no se quedan atrás solo con el problema, sino que buscan combatir este flagelo de la violencia, como espero que todas ustedes mujeres barranquinas lo hagan también.  

Saludo la presencia de cada una de ustedes en este recinto, porque están demostrando un compromiso real en la erradicación de este mal llamado “violencia” que a diario afecta a las familias peruanas, y que causa la muerte de miles mujeres en todo el mundo.  

Debemos de tener presente que la violencia contra la mujer se da a través de cualquier acción u omisión intencional que la dañe o pueda dañarla. Aparece como consecuencia de la desigualdad en la que vivimos nosotras las mujeres, y sobre todo de la jerarquización del hombre sobre la mujer.  

La violencia de rasgo ideológico que se encuentra arraigada en nuestra sociedad, se ejerce contra la mujer con el único fin de disciplinarla, perpetuar su supuesta inferioridad y limitar su derecho a decidir sobre sus bienes, su propio cuerpo y sus planes de vida; y también porque en muchos casos los hombres consideran a la mujer como un objeto de su propiedad.  
Esta manifestación de poder que ejerce el hombre sobre la mujer, afecta su salud física, sexual y psicológica. Sin embargo, la violencia es un problema que muchas veces las mujeres callan y ocultan. Lo lamentable de ello es que cuando se instituye como práctica cotidiana en la vida familiar, esta se perpetúa a través de generaciones en la crianza de nuestros hijos, y éstos la replicaran cuando sean esposos, convivientes y/o padres. 

Ahora bien, la violencia contra la mujer no es la misma en el ámbito rural que en el ámbito urbano, así como la situación que afronta la mujer en provincia no es la misma que la mujer de la capital. 

En las provincias, encontramos como las principales causas de violencia al consumo de alcohol y sobretodo al machismo. 

Todos sabemos que el machismo aún predomina en el Perú, especialmente en el área rural, donde los padres de familia prefieren invertir más en la educación de sus hijos varones y que en el de las hijas mujeres, puesto que consideran que los hijos varones tienen mayores oportunidades laborales, en comparación con las hijas mujeres. Es lamentable que en las familias rurales se relegue la educación de las hijas, quienes suelen abandonar el colegio para dedicarse al hogar y, por lo general, son estas niñas quienes se embarazan más tempranamente, y frustran su futuro. Por suerte ya se están observando algunos cambies en este tipo de comportamiento y esperemos que en el futuro se considere la igualdad de derechos que tienen tanto los hijos hombres como las hijas mujeres. 
Otro de los factores pasan por la dependencia emocional y económica, autoestima baja y porque son mujeres cuyas madres han recibido maltratos de parte del padre y también por el hecho de no haber recibido la educación y hecho los estudios que les permitan ser independientes de los hombres. 

Sabemos también, que en el campo las mujeres son un factor muy importante en las actividades que desarrolla la comunidad para buscar mejorar sus condiciones, y las vemos participando muy activamente en las faenas comunales que buscan obtener beneficios como el agua potable, electrificación, canales, etc.    

Llama mucho la atención que las mujeres de Huamanga en Ayacucho son las que en mayor porcentaje (24%) consideren que la formulación de la denuncia de violencia dependería de la gravedad del maltrato, es decir que consideren que no todo hecho de violencia hacia ellas sería denunciable. ¡Esto realmente es lamentable¡ 

En cuanto a las percepciones sobre las principales razones por las cuales las mujeres tolerarían la violencia, llama la atención los altos porcentajes que en las ciudades de Huamanga (62%) y Pucallpa (63%) aluden a los hijos; mientras que los motivos económicos (56%), la baja autoestima (56%) y la esperanza de cambio (31%) son marcadamente más altos en Lima. 

Por otro lado, la mujer en provincia afronta la problemática de violencia verbal y física de forma distinta.  

Respecto a la violencia verbal, Endes 2012 indagó sobre situaciones por las que pasan las mujeres alguna vez unidas (casadas, convivientes, divorciadas, separadas o viudas) como: si el esposo o compañero se ponía celoso o molesto si ella conversaba con otro hombre, si él la acusaba frecuentemente de ser infiel, si le impedía que visite o visiten sus amistades, si él trataba de limitar las visitas, contactos a su familia, si él insistía siempre en saber todos los lugares donde ella iba o desconfiaba de ella con el dinero. 

También se indagó sobre situaciones humillantes (si le había dicho o le ha hecho cosas para humillarla delante de los demás) y si le había amenazado con hacerle daño a ella o a alguien cercano o con irse de la casa, quitarle a los hijos o la ayuda económica. 

Resulta alarmante que este estudio arrojara que en los departamentos de Huancavelica y Apurímac se presentaron los más altos porcentajes (82,9 y 81,3 por ciento, respectivamente) de mujeres que alguna vez fueron víctimas de alguna forma de control por parte del esposo o compañero, como por ejemplo la insistencia en saber a dónde va la mujer fue mayor en el ámbito rural (54,4%).  

Respecto a la violencia física y sexual por parte del esposo o compañero, como empujones, golpes, patadas, ataques o amenaza con cuchillo, pistola u otra arma y tener relaciones sexuales sin su consentimiento o realizar actos sexuales que ella no aprobaba,  Endes 2012 ha publicado que el mayor porcentaje de mujeres que sufrieron este tipo de violencia se encuentran en las provincias, específicamente con mayor precisión en los departamentos de Cusco y Apurímac (51,8 y 50,3 por ciento, respectivamente).  

Llaman la atención,  que las razones que aducen las mujeres para no buscar ayuda o denunciar cuando fueron maltratadas físicamente, la mayoría de ellas señala “que no era necesario” (38,5 por ciento), “que tenían vergüenza” (17,1 por ciento), “que tenían o sabían a dónde ir” (13,0 por ciento), “que tenían miedo a que le pegara de nuevo a ella o a sus hijos (10,3 por ciento), “que no querían causarle un problema a la persona que le pegó (7,8 por ciento) y “ que ellas tenían la culpa” (6,1 por ciento);  En menor porcentaje respondieron “cosas de la vida” (0,8 por ciento), “miedo al divorcio/separación” (2,6 por ciento) y “de nada sirve” (2,8 por ciento). 

Por otro lado, es importante mencionar que el mayor porcentaje de las mujeres agredidas que buscan ayuda en alguna institución se encuentran en el ámbito urbano (28.4%), siendo las mujeres de las zonas rurales las que se encuentran más desprotegidas frente a la violencia que se ejerce contra ellas.  

Las mujeres de las zonas  urbanas cuentan con algunos servicios de atención y protección especializada frente a la violencia, pero son las mujeres de las zonas rurales y de las comunidades andinas y amazónicas las que llevan la peor parte ya que deben enfrentar la violencia de género con leyes que no corresponden a la realidad de su comunidad. Más aún, deben vencer las barreras geográficas y el racismo, comunicarse en una lengua que no es la suya, y sin tener recursos para movilizarse y mucho menos para contratar una defensa especializada, en caso que decida denunciar la agresión. Por ello el acceso a la justicia de las mujeres en provincia no radica solamente en las barreras anteriormente mencionadas sino también en la existencia de problemas de discriminación, por el simple hecho de ser mujeres, tanto para el Estado como para sus propias comunidades.  

En el congreso sabemos de estas deficiencias y estamos trabajando arduamente para que estas barreras desaparezcan, pero esta lucha no es sólo  del legislativo, sino de toda la población, y sobretodo de todas nosotras las mujeres, quienes debemos de unir fuerzas y sobretodo informarnos acerca de nuestros derechos y de los procedimientos para hacerlos valer, porque quien conoce sus derechos,  no los pide, sino ¡los exige¡, de esta forma vamos a poder hacer que cumplan con nuestros derechos y nos vamos a hacer respetar en cualquier lugar en el que estemos. 

Barranca, 23 de octubre del 2015



 

Aprueban Dictamen de Proyecto de la congresista Aurelia Tan de Inafuko, Ley que crea el Registro Nacional de Identificación Odontológico



El 21 de octubre la Comisión de Salud del Congreso de la República aprobó por unanimidad el dictamen del Proyecto de Ley 2854/2013-CR, presentado por la congresista de la republica Aurelia Tan de Inafuko, perteneciente al grupo parlamentario de Fuerza Popular, esta ley propone declarar de interés nacional y necesidad pública la creación del Registro Nacional de Identificación Odontológico – RENIOD, con la finalidad de identificar cadáveres incinerados, putrefactos, mutilados, descompuestos, ahogados, atrapados en derrumbes a través del Odontograma.
Con la creación del Registro Nacional de Identificación Odontológico (RENIOD) se podría identificar a los cuerpos cuando ocurren accidentes, especialmente los aéreos, marítimos u en otras circunstancias donde se encontrarían un elevado número de fallecidos cuyos cuerpos suelen estar carbonizados, esqueléticos, enterrados en fosas comunes, ahogados en el mar, etc., lo que provoca dificultades para la identificación de las víctimas, y  también generan un gran impacto en la sociedad, solo las dentaduras, son tejidos más resistentes a la destrucción, por efectos del agua, del tiempo o ya sea por el fuego y que soportan hasta 1880 grados de temperatura.
En su exposición de su proyecto de ley la parlamentaria Tan de Inafuko sostuvo que con la creación del Registro nacional de Identificación Odontológica va a permitir a todas las personas que viajan por avión, barco, trabajadores mineros, pescadores y muchas tantas personas expuestas por razón de sus trabajos, y en una eventual situación de accidentes o tragedia, ser identificados y aliviar el drama de los familiares en la búsqueda de lograr la identificación de sus familiares.
La sesión de la comisión de salud se realizó en el hemiciclo Raúl Porras Barrenechea del parlamento nacional contando con la presencia de los congresistas  Aldo Bardales, Luisa María Cuculiza, Aurelia Tan de Inafuko, Celia Anicama, Gustavo Rondón, Jaime Delgado, Johnny Cárdenas, Víctor Crisólogo y Leonardo Inga Velásquez.

Lima, 21 de octubre de 2015